La Cámara de Diputados continuará con baja actividad hasta el viernes, pero el ritmo cardíaco del cuerpo se acelerará súbitamente a partir de la doble sesión maratónica prevista para el miércoles y el jueves de la semana que viene.
El 14 de septiembre, la Cámara baja recibirá la visita del jefe de Gabinete Juan Manzur, quien expondrá el informe de la marcha de la gestión tal como establece el artículo 101 de la Constitución Nacional.
Desde que asumió hace casi prácticamente un año, el tucumano no puso pie en Diputados pese a que la carta magna obliga al ministro coordinador del Gobierno nacional a asistir una vez por mes al Congreso, alternando entre las dos cámaras, para rendir cuentas sobre la administración federal.
Solamente estuvo en Diputados el 7 de marzo pasado, pero no para cumplir con la obligación constitucional de los informes de gestión sino en ocasión de su visita a un plenario de comisiones para defender el proyecto que rubricaba el acuerdo del Gobierno nacional con el FMI.
Al Senado concurrió apenas una vez el 2 de junio de este año.
A fines de julio, Manzur le había informado al entonces titular de la Cámara de Diputados su disponibilidad para visitar ese cuerpo en agosto, pero hubo varias dilaciones vinculadas a la agenda del ministro y recién se pudo formalizar una convocatoria para el último día del mes: el 31 de agosto.
Cuando faltaban días, se anunció que la fecha se reprogramaba para el 14 de septiembre y, por ahora, la convocatoria está firme.
Al jefe de Gabinete le tocará responder las 3.926 preguntas que los diputados de los distintos bloques le hicieron llegar por escrito. Lo hará en un contexto de máxima tensión después del intento de magnicidio de la vicepresidenta Cristina Kirchner, que crispó aún más los ánimos de ambos lados de la grieta.
Desde el peronismo le adjudican una corresponsabilidad a algunos referentes de la alianza opositora sobre los discursos que consideran de odio que permean en la sociedad y llevan a algunos individuos a tomar decisiones extremas como la del individuo que intentó asesinar a la ex presidenta. El desafío de Manzur será intentar correrse de esos ejes de debate y puntualizar en los aspectos más objetivos de la gestión, que tampoco navega en aguas calmas debido al torbellino de la economía.
Si todo sale como está en la cabeza de las principales autoridades del oficialismo, con Cecilia Moreau (presidenta de la Cámara baja) y Germán Martínez (jefe del bloque del Frente de Todos) a la cabeza, el jueves 15 (es decir, al día siguiente) se estará desarrollando otra sesión especial, con un temario amplio. Traducido en valores temporales, eso significaría una sesión muy extensa, superior a las 15 horas.
La sesión estaba pensada para realizarse primero la semana, pero las «secuelas psicológicas» que dejó «la batalla de Recoleta», que enfrentó a la Policía de la Ciudad enviada por el Gobierno porteño con los manifestantes que se negaban a desalojar la esquina de Juncal y Uruguay, atentó contra los planes. El Senado, conducido por Cristina Kirchner, tuvo una actitud distinta porque esa semana sesionó y los legisladores hicieron su trabajo pese al «clima agrietado».
Después de que fracasara la citación para la semana pasada, se pensó en sesionar esta semana, pero el intento de asesinato de Cristina Kirchner del jueves pasado volvió a correr el arco. Al temario del que se hablaba (Consenso Fiscal, prórroga de seis impuestos nacionales, prórroga del programa de entrega voluntaria de armas de fuego, ley de enfermería y creación de tres universidades nacionales en la provincia de Buenos Aires) podrían agregarse algunas iniciativas más, como el proyecto de fomento a las inversiones agroindustriales que reclama Massa insistentemente al Gobierno y la ley de Alcohol Cero, una promesa que había hecho el tigrense a las asociaciones civiles sobre prevención de siniestralidad vial. También podría agregarse la ley de regulación de plásticos de un solo uso, una demanda de agrupaciones ambientalistas.