La monarquía británica siempre ha generado curiosidad, motivo por el que a lo largo de la historia le han dedicado decenas de documentales y ficciones. Pero sin lugar a dudas, The Crown, la serie creada por Peter Morgan para Netflix, ha sido uno de las más exitosas, con la Reina Isabel II en el centro de la escena.
La historia parte desde el casamiento de Isabel con Felipe, duque de Edumburgo, en 1947, época en la que la entonces princesa no sospechaba que pronto iba a tomar el mando. Pero tras la muerte del rey Jorge VI, su padre, en 1952, «Lilibeth», interpretada por Claire Foy, comienza a instruirse para estar a la altura de sus tareas -ya que no había sido preparada- y a forjar su caracter para imponerse, tanto dentro del Palacio de Buckingham como frente a las figuras del arco político que no confiaban en su capacidad.
La primera entrega se desarrolla hasta 1955, cuando obliga a su hermana Margarita a romper su compromiso con el capitán Peter Townsend para no romper los protocolos que impedían que se casara con un hombre divorciado. En tanto, la segunda temporada, también con Foy como protagonista, se extienda desde 1956, con la crisis de Suez, a la jubilación del primer ministro Harold Macmillan en 1963 y el nacimiento del príncipe Eduardo en 1964.
Ya en la tercera entrega tomó la posta Oliva Colman, quien se puso en los zapatos de la monarca de 1964 a 1977 y la cuarta parte, de 1977 a 1990, con la aparición de Gillian Anderson como la primera ministra Margaret Thatcher y el controversial matrimonio de Lady Diana Spencer con el príncipe Carlos.
La elegida para protagonizar las últimas dos entregas fue Imelda Staunton, pero para verla en pantalla el público deberá esperar hasta noviembre de 2022, cuando se estrene la quinta temporada, que abordará los últimos años de Lady Di hasta su triste desenlace en 1997. Y mientras se espera que se confirme la fecha de estreno, la producción comenzó a trabajar en la sexta entrega, en la que según trascendió, se centrarán en la vida de los príncipes William y Harry tras perder a su mamá. Y se extenderá hasta la primera década de los años 2000 para mostrar la historia de amor entre William y Kate Middleton.
De hecho, mucho antes del fallecimiento de la reina, Peter Morgan explicó que no extendería mucho más la ficción, aunque eso significara dejar afuera el matrimonio Harry con Meghan Markle, quienes abandonaron la monarquía en medio de un escándalo. «Me siento mucho más cómodo escribiendo sobre cosas que sucedieron hace al menos 20 años», reveló Morgan y aseguró que el paso del tiempo lo ayuda a tener una visión más clara sobre los acontecimientos que atraviesa la corona. «Tengo en mi cabeza una regla de 20 años. Ese es tiempo y distancia suficiente para comprender realmente algo, comprender su posición y relevancia. A menudo, las cosas que parecen absolutamente importantes hoy en día se olvidan instantáneamente, y otras tienen la costumbre de quedarse y demostrar ser históricamente muy relevantes y duraderas», explicó.