Luego de 13 años, el Inter está en la final de la Champions League. De la mano del bahiense Lautaro Martínez, el nerazzurro venció por 1-0 al Milan, su eterno rival, y se clasificó a la definición por la Orejona. El próximo 10 de junio, el conjunto italiano irá por el tercer título de su historia ante el ganador del Manchester City-Real Madrid.
Alcanzar una final de ‘Champions’ es algo ya de por sí especial. Pero lograrlo dejando en las semifinales al rival de tu ciudad, a un equipo con siete ‘orejonas’, lo es aún más. El Inter hizo feliz a media ciudad de Milán y reencontró a su afición con la gloria en una temporada que no olvidará jamás.
Para conseguirlo tuvo que acabar el trabajo que inició en la ida, domar a un Milan que saltó agresivo en los primeros minutos, como no podía ser de otra forma. Los ‘rossoneri’ tenían que provocar, al menos, inseguridad en la zaga interista para evitar que se asentara pronto, consciente de que si eso pasaba, la eliminatoria se complicaba sobremanera y el sueño de una final de Liga de Campeones, el reencuentro con la gloria tras 16 años, se esfumaría.
Tenían que ser 90 minutos a pecho descubierto, 90 minutos en los que hacer honor al escudo que portan y la camiseta que visten, siete veces campeona de Europa.
Inter demostró a partir del minuto quince que es un equipo más completo que el Milan. En calidad individual y colectiva, en fondo de armario y en la capacidad de reaccionar en los peores momentos. Tras primeros minutos equilibrados, Inter no dejó que se le escapara de la mano el partido que tenía donde quería. No dejó que el Milan oliera la remontada, que soñara con la gesta. Se mantuvo firme, siguió el plan y fue mucho más equipo. Y apareció Lautaro para cerrar la eliminatoria.
Campeón del mundo y con el brazalete de capitán, asentado como la referencia ofensiva, no podía faltar su toque en la cita más importante del curso. Ya en la ida dio una ‘masterclass’ de delantero polivalente, pero en esta hizo lo que mejor sabe hacer. Marcar. La única clara que tuvo, al cajón. Lukaku aportó claridad y le cedió el balón dentro del área y Lautaro fusiló con su zurda al palo de Maignan, que no pudo hacer nada.
Han sido 13 años de espera. Trece años relegado a la segunda línea. Pero Inzaghi toma el relevo de Mourinho y lleva al Inter a toda una final de ‘Champions’, algo que solo era un sueño a principios de año. El Inter es merecido finalista de la Liga de Campeones y en Estambul pugnará por levantar la cuarta ‘orejona’ de su historia.
(Fuente: EFE)















