Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) el tabaquismo es la adicción más difícil de abandonar y produce cada año alrededor de 8 millones de muertes en todo el mundo. En Argentina genera más de 47.000 muertes anuales por cáncer, enfermedades cardiovasculares, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), neumonía y ACV, entre otros.
Según señala la Asociación Argentina de Tabacología (ASAT), un cigarrillo tiene un 50% de hojas de tabaco, el 30% son tallos molidos y polvillo de tabaco con aditivos, y el otro 20% es tabaco expandido con dióxido de carbono. También señala que “el humo de tabaco contiene más de 7.000 componentes, de los cuales unos 70 son sustancias que producen cáncer”. Arsénico, benceno, cadmio, cromo, óxido de etileno, níquel, o cloruro de vinilo y otras sustancias totalmente dañinas para la salud y a la vez tienen nicotina que es muy adictiva, es por esta sustancia que cuesta tanto dejar el cigarrillo.
Por otra parte los beneficios de dejar de fumar son varios, en corto y mediano plazo. La OMS indica señala que las consecuencias de abandonar el consumo de cigarrillos son inmediatas, primeramente disminuye la frecuencia cardíaca en 20 minutos. Horas después los niveles de monóxido de carbono en la sangre vuelven a sus parámetros normales y los de oxígeno vuelven a estabilizarse.
A los pocos días, el sentido del olfato y del gusto se recuperan, y a las 72 horas, resulta más fácil respirar y se puede tener la sensación de tener más energía y en tres semanas o tres meses mejoran la circulación de la sangre y la función pulmonar.
La OMS y la Asociación Americana Contra el Cáncer dicen que entre el primer y el noveno mes disminuye la tos y resulta más fácil respirar. Por su parte, el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido (NHS) afirma que, tras pasar un año sin fumar, el riesgo excesivo de tener un infarto se reduce a la mitad del que tiene una persona que continúa con el hábito.
Con respecto a largo plazo el consumo del tabaco puede generar 20 tipos y subtipos de cáncer diferentes, enfermedades cardiovasculares y respiratorias. Pero si se abandona el vicio los riesgos de contraerla disminuyen.
Además en 5 años, se reduce a la mitad el riesgo a sufrir cáncer de boca, garganta, esófago y vejiga y para las mujeres, se reducen las posibilidades de tener cáncer de cuello uterino igualadas a las de una mujer no fumadora. Por otra parte en 10 años, el riesgo de cáncer de pulmón disminuye hasta ser el 50% del de un fumador, y se reduce también el riesgo de cáncer de laringe y de páncreas. En 15 años, el riesgo de tener una cardiopatía coronaria equivale a la de un no fumador. Por otra parte, si se deja de fumar antes de los 30, se suman 10 años de esperanza de vida; si se abandona a los 40, se suman 9; a los 50, 6; y a los 60, 3. Dejar de fumar aumenta los años de esperanzas de vida.
También el NHS hace se aboca a los beneficios que significa abandonar el cigarrillo para la salud mental y el mito que señala que el consumo de tabaco ayuda a relajarse dicen que es mentira: “Cuando un fumador lleva un tiempo sin fumar un cigarrillo, las ganas de fumar otro le hacen sentirse irritable y ansioso. Estos sentimientos pueden aliviarse temporalmente cuando encienden un cigarrillo. Así que los fumadores asocian la mejora del estado de ánimo con el hecho de fumar. En realidad, son los propios efectos del tabaco los que probablemente hayan causado la ansiedad en primer lugar”.
Según la organización cuando las personas dejan de fumar la ansiedad, la depresión y el estrés disminuyen, la calidad de vida y el estado de ánimo mejoran, la dosis de algunos medicamentos utilizados para tratar problemas de salud mental se pueden reducir.
Dejar de fumar representa consecuencias también en la boca, los dientes, las encías e incluso la saliva. Además de reducir las probabilidades de tener cáncer de boca, labios, lengua y garganta, entre los beneficios de abandonar este hábito se encuentran:
Por otra parte la disminución de caries dentales y el mal aliento, el mejoramiento de la salud de las encías, el menor riesgo de sufrir sequedad bucal, la reducción de la pérdida de hueso de los dientes y las manchas amarillentas.
Diversos estudios y especialistas dicen que abandonar el consumo de tabaco ayuda a mejorar la apariencia. Esto se debe a que dejar el cigarrillo implica parar el envejecimiento prematuro de la piel al detener el consumo de miles de sustancias tóxicas. Permite aumentar el riego sanguíneo, devolver los nutrientes y el oxígeno a la piel, y ayudar a la regeneración celular. Por eso, al dejar de fumar la piel recupera elasticidad y colágeno, se detiene la aparición de arrugas y aumenta el proceso de cicatrización.
Por otro lado, también se detiene la caída del cabello, ya que el consumo del tabaco daña el cuero cabelludo y altera la producción de estrógeno.
Si bien hay muchos beneficios además de los mencionados, hay uno que se destaca del resto, cuidar a los seres queridos y la gente que está a nuestro alrededor. El consumo de tabaco puede ser fatal para no fumadores, especialmente en los más chicos. Según la Organización Mundial de la Salud, ”casi la mitad de todos los niños respiran aire contaminado por humo de tabaco, y cada año mueren 65.000 niños por enfermedades relacionadas con el humo de tabaco ajeno”.
“Dejar de fumar disminuye el riesgo adicional de muchas enfermedades relacionadas con el tabaquismo pasivo en las niñas y los niños, como muerte súbita, enfermedades respiratorias (por ejemplo, el asma), otitis y mayor riesgo de adicción en la adolescencia, entre otras”, señala el Ministerio de Salud de la Nación.
Dejar de fumar ayuda a dejar de exponer a no fumadores al humo nocivo del tabaco.