Hoy 13 de enero se conmemora el Día Mundial de Lucha contra la Depresión, este es un trastorno que incide significativamente en las tasas de mortalidad a nivel mundial e impacta a personas de todas las edades, sin embargo, son los adolescentes y personas adultas mayores los grupos más afectados.
Este día se marca para sensibilizar, orientar y prevenir a la población a nivel mundial sobre esta enfermedad que sigue avanzando pese a los tratamientos que hay para controlarla.
Hay diferentes tipos de este padecimiento:
- El trastorno depresivo mayor donde el paciente está extremadamente apático y con inhibición psicomotriz, parecido a la melancolía.
- La Distimia se distingue por su cronicidad, la inestabilidad del humor, fuerte ansiedad y fluctuación del estado de ánimo.
- El Trastorno ansioso-depresivo que se caracteriza por gran reactividad del estado de ánimo, que empeora por las tardes, aumento del apetito e hipersomnia.
- La Depresión atípica que aparece de forma regular y repetida, coincidienco con cambios estacionales, en general, en otoño e invierno.
- El Trastorno bipolar que implica la existencia de episodios depresivos graves alternados por otros de exaltación de las funciones mentales.
- Por último, la Ciclotimia que son manifestaciones leves e imprevisibles con cambios frecuentes de estados de ánimo (de la euforia a la tristeza) en varios días.
En cualquier caso, se requiere atención médica especializada para su oportuno diagnóstico y tratamiento. No se trata de un simple decaimiento en el estado de ánimo o emocional, ya que puede conllevar al surgimiento de otras enfermedades como estrés, fobias, ansiedad, trastornos obsesivos y en el peor de los casos conducir al suicidio.
En esta enfermedad influye notablemente la composición genética y el funcionamiento de los neurotransmisores cerebrales, definidos como aquellas sustancias químicas que ayudan a la transmisión de mensajes entre las células nerviosas del cerebro.
Las causas que originan la depresión son múltiples, siendo las más comunes las siguientes:
- Antecedentes personales y/o familiares con cuadros depresivos.
- Composición química, genética y hormonal.
- Exposición a situaciones estresantes y traumas.
- Problemas económicos.
- Situación laboral o desempleo.
- Pérdida o enfermedad de un ser querido o mascota.
- Rupturas sentimentales, divorcios.
- Enfermedades preexistentes que pueden provocar síntomas depresivos, como el hipotiroidismo, la mononucleosis, entre otras afecciones.
- Presiones de tipo social como el bullying (acoso escolar), cyberbulling (acoso por redes sociales) o mobbing (acoso laboral).
Pueden ser de gran ayuda algunos hábitos cotidianos que alivien el malestar
- Expresate! Siempre es importante buscar información y ayuda de cualquier índole: médica, terapéutica, afectiva, religiosa.
- Seguí todas las indicaciones médicas y terapéuticas.
- Adoptá hábitos de vida saludables, mediante una alimentación balanceada, evitando el consumo de bebidas alcohólicas y estupefacientes, hacer actividad física y no fumar.
- Aceptar, asimilar y concientizar que es un periodo temporal y no permanente, viviendo el presente y enfocando la atención en buscar estrategias adecuadas para superar la depresión ¡Siempre activo!
- Hay que mantener una actitud firme ante las dificultades y contratiempos, procurando ejercer el control sobre nuestras emociones y evaluando de manera objetiva las situaciones.
- Participa en grupos de apoyo o en actividades deportivas, recreativas o terapéuticas.