Una familia bahiense tipo necesitó en agosto ingresos superiores a los $ 304.398 para no ser pobre y $ 135.590 para evitar caer en la indigencia, según el nuevo relevamiento del Centro Regional de Estudios Económicos de Bahía Blanca (CREEBBA).
El estudio muestra que el umbral de pobreza y el monto necesario para cubrir los consumos básicos alimentarios y no alimentarios, mostró una variación de 14,4 %, ampliamente mayor a la del Índice de Precios al Consumidor (IPC) elaborado también por el organismo, que mostró una inflación de 10,3 %.
Las alzas más importantes se dieron en alimentos: 46,7% en hueso con carne, 42,7% en carnaza común, 35,4% en papa, 30,4% en carne picada y 28,0% en nalga.
También se registraron aumentos en productos como pan francés (26%), asado (23,4%), arvejas en lata (23,1%), vinagre (22,9%), huevos y azúcar (21,2%) y en galletitas dulces (20,3%).
Por su parte, los bienes no alimentarios mostraron incrementos del 20,9% en muebles y accesorios, 17,1% en educación formal, 16,7% en transporte y 16,1% en artefactos a gas.