Si bien en los últimos años la Academy of Motion Picture Arts and Sciences (popularmente conocida como la Academia de Hollywood) ha sumado muchos integrantes de todo el mundo como para tener una mayor representatividad a nivel global, lo cierto es que los premios Oscar siguen siendo, esencialmente, una (auto)celebración de la industria audiovisual estadounidense.
Es cierto que en 2020 ganó la distinción principal una producción coreana como “Parasite”, pero por el momento son solo excepciones a la regla. De hecho, la única categoría en la que todos los países están en igualdad de condiciones (envían un film cada uno) es el de Mejor Película Internacional, algo así como “el Mundial del Cine”.
Argentina tiene una rica tradición dentro de ese rubro, ya que ganó dos veces con “La historia oficial”, de Luis Puenzo (en 1986) y con “El secreto de sus ojos”, de Juan José Campanella (en 2010), además de haber conseguido otras cinco nominaciones (“La tregua”, de Sergio Renán; “Camila”, de María Luisa Bemberg; “Tango”, del español Carlos Saura; “El hijo de la novia”, también de Campanella; y “Relatos salvajes”, de Damián Szifron).
Luego de siete años de ausencia, finalmente nuestro país tiene en “Argentina, 1985”, película de Santiago Mitre que reconstruye el Juicio a las Juntas Militares, una firme candidata a luchar con posibilidades por esa estatuilla dorada.
Ya se ha consignado en esta misma columna las principales características que hacen de “Argentina, 1985” una película “oscarizable”: desde un tema histórico de relevancia mundial (el primer juicio en un tribunal civil a los integrantes de una dictadura militar) hasta la presencia de Ricardo Darín como protagonista, pasando por la participación de influyentes productores como Axel Kuschevatzky y una alta ejecutiva de Marvel como Victoria Alonso, los premios cosechados en festivales de primera línea (el de la crítica en Venecia y el del público en San Sebastián) o el apoyo que a nivel de marketing global le da un gigante como Amazon.
De hecho, algunas publicaciones especializadas de la industria indican que podría recibir alguna candidatura más como, por ejemplo, en Guion Original (Aída Bortnik lo logró en su momento con “La historia oficial”).
Es momento, entonces, de analizar cuáles son las otras favoritas que asoman en esta larga carrera llena de obstáculos. La primera etapa será ver si “Argentina, 1985” queda entre las 15 precandidatas en la shortlist que se anunciará el 21 de diciembre próximo.
Luego, si consigue una de las cinco nominaciones que se darán a conocer (para todas las categorías) el 24 de enero y, en caso de alcanzar esa proeza, participar en la glamorosa ceremonia final que se desarrollará el 12 de marzo de 2023 en el Dolby Theatre de Los Angeles y esperar el favor de una porción significativa de los 10.700 integrantes actuales que tiene la Academia.
Hay que indicar que por el momento son 75 los países que anunciaron su representante al Oscar a Mejor Película Internacional cuando en la última edición fueron 92, por lo que aún resta que una veintena de naciones lo hagan antes de que venza el plazo el próximo lunes 3 de octubre (Rusia informó que no mandará este año ningún film).