Personal del Comando de Patrullas aprehendieron ayer Damián Alejandro Sandobal, un policía que se encuentra acusado de haberse quedado con un millonario botín de un robo ocurrido en octubre pasado en Pedro Luro.
Sandobal fue detenido ayer por la noche, cerca de las 23, en calle Nueva Provincia al 2.200, donde los uniformados arribaron luego de ser llamados por un conflicto familiar.
En el lugar encontraron al policía, sobre quien pesaba un pedido de captura activa por robo agravado (uso de arma de fuego no apta para el disparo, integrante de las fuerzas de seguridad, y mercadería en tránsito).
Esa historia se originó por la denuncia de Claudio Calandria (55), detenido por el robo consumado el 24 de octubre en Luro, quien dijo que tres agentes llegaron hasta Mar del Plata en un patrullero de Villarino, ingresaron sin autorización en su casa de Valencia al 8600, en la zona norte, y se llevaron unos 90 mil dólares y más de 3 millones de pesos del baúl de un Volkswagen Vento.
Por entonces, se allanaron los domicilios de los sospechosos -dos en Juan A. Pradere y el restante en Stroeder- y se secuestraron celulares cuyo contenido comenzó a ser investigado por orden del juez de Garantías de Mar del Plata, Gabriel Bombini.
La investigación también alcanza al subteniente Juan Pablo Argañaraz (36) y al oficial Diego Domingual (26).
En aquel entonces, tanto la declaración de testigos, como los datos que reportaron las antenas telefónicas y el AVL del patrullero Ford Ranger confirmaron la presencia de los tres policías -de civil pero armados- en Mar del Plata, aquel 8 de noviembre.
Un vecino aseguró que los vio bajar del móvil, llamar a la puerta sin suerte y, con el permiso de otro vecino, ingresar en el parque de la casa, sortear un paredón de unos dos metros de altura y luego abrir desde adentro la puerta del frente.
Claudio Calandria, además, dijo que su abogada se presentó aquel día en su casa y que uno de los policías (Sandobal) se comunicó con él a través del teléfono de ella, para pactar un encuentro en la zona de Colón y Champagnat: el AVL también ubicó al móvil policial en ese sector, por espacio de una hora y poco tiempo después de estar en Valencia al 8600.
El delincuente aseguró que en ese encuentro le confesaron haber entrado de forma ilegal en su casa para «cobrarse» el supuesto favor de avisarle ante un allanamiento por la causa Pedro Luro.
Calandria también sumó a la denuncia el número de contacto del policía que comandaba la operación, que es coincidente con el de uno de los sospechosos.
En el marco de la investigación por el robo, uno de los policías (Domingual) declaró que vinieron a Mar del Plata para realizar tareas investigativas y constatar los domicilios de Calandria y otro sospechoso.
Y que cuando llegaron a la casa del primero el hombre caminaba por la vereda, vio el patrullero, se metió rápidamente y escapó por un patio, pese a la orden que le dieron como policías.
Para los investigadores, esa versión no es razonable: «Verlo y darle la orden para que se detenga, toda vez que tal identificación no solo no era necesaria (ya conocían sus datos personales, su fisonomía y su rostro) sino que hubiera resultado perjudicial para la investigación, ya que de haber detenido Calandria su marcha, los policías se tendrían que haber identificado, develando que venían desde Pedro Luro», explicó uno de ellos.
En la misma línea, la fiscal Salas infiere que la verdadera finalidad del viaje no fue constatar domicilios sino concretar un encuentro personal con Calandria.
(Fuentes: 0223 y El Marplatense)